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Importancia de la doble la valoración, patrimonial y fiscal, del inmovilizado

Índice de contenido

Doble valoración del inmovilizado

Cuando se plantea la gestión del inmovilizado, la mayoría de las compañías, y no sólo las pequeñas, piensan en clave “fiscal” tal y como hemos comentado anteriormente en este blog.

Es un enfoque lógico, dado que las obligaciones legales en el control de este tipo de activos se relacionan precisamente con la tributación. La amortización del inmovilizado, según nos marca la legalidad, sin embargo, no es el único aspecto que debería preocupar a las organizaciones.

Durante los últimos años, y con el fin de facilitar el negocio en el marco de la CE, normativas contables nacionales y comunitarias como las normas IAE o el último PGC del año 2007, han incidido de manera especial en la importancia de que la contabilidad de una organización sea un fiel reflejo de su situación, un ejercicio en el que la valoración de los inmovilizados podría tener un peso importante.

Control de inmovilizado

El control de inmovilizados sólo desde el punto de vista fiscal, supone una traba importante para ofrecer esta “foto clara” de la organización, dado que el valor fiscal y el valor patrimonial de los activos fijos, en muchas ocasiones, simplemente no coincide.

Utilicemos un ejemplo gráfico, para ilustrar este “desencuentro”: la amortización de unos equipos informáticos, durante 4 años y al ritmo de un 25% anual, cuando la empresa sabe que, durante el primer año de su uso, cada uno de estos equipos habrá perdido más de la mitad de su valor.

Para salvar estas desviaciones en el tratamiento del inmovilizado y ofrecer una foto fiel de su situación, las empresas que utilizan hojas de cálculo, necesitarían realizar numerosas correcciones para cuadrar su contabilidad, que introducidas de forma manual, suponen una pérdida de tiempo importante y también peligros de error.

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Las nuevas tecnologías de gestión, al rescate

Algunos de los modernos sistemas de gestión para el control del inmovilizado, por otro lado, ya hace tiempo que han resuelto esta problemática. Dichas soluciones, también destinadas a las PYMEs, contemplan la gestión patrimonial y fiscal del inmovilizado de manera independiente, automatizando todos los procesos de ajuste necesarios para cuadrar la contabilidad y cumplir con las obligaciones fiscales, con facilidad.

Gracias a este doble control, en algunos programas se pueden obtener con un solo click del ratón, la mayoría de informes ligados al inmovilizados, que se exigen en las auditorías voluntarias o de control, como: los inmovilizados adquiridos durante el ejercicio, los amortizados al 100% pero que todavía se están utilizando en la compañía, la diferencia entre la valoración patrimonial y la fiscal de los inmovilizados; los activos fijos que han sido dados de baja y por qué, y un largo etc. de relaciones muy costosas de obtener de forma manual.

Otra de las limitaciones, en las compañías que realizan únicamente un control fiscal del inmovilizado, es el hecho de que las amortizaciones por lo general se realizan y repercuten en la contabilidad a finales de año, para las Cuentas Anuales.

De este modo, los Balances de Pérdidas y Ganancias periódicos (mensuales, trimestrales, etc.) no recogen los datos de amortización y esto podría distorsionar el proceso de toma de decisiones, en función del peso que tienen los inmovilizados en la organización.

Lo lógico sería que la amortización en la empresa se lleve a cabo con la misma periodicidad con la que se realizan estos Balance, algo costoso de realizar por medios manuales o con hojas de cálculo, pero muy fácil de acometer con un sistema automatizado, con el que las amortizaciones se pueden realizar en cualquier momento del año, para una imagen fiel de la situación empresarial.

“Afinar” mejor en el reporting internacional

La doble gestión fiscal y patrimonial del inmovilizado, con la ayuda de sistemas gestión, también resuelve un problema muy concreto de las compañías multinacionales o, más bien, de sus filiales en España, y de las empresas que pertenecen a grupos internacionales y que, también deben hacer su contabilidad en dos monedas, por ejemplo, en dólares y en euros, para reportar a su matriz.

Los datos de inversión y amortización de inmovilizados, que estas compañías llevan a cabo según la normativa nacional, se ven afectados con frecuencia por las fluctuaciones del cambio dólar – euro, durante el período de amortización fijado, lo que causa incoherencias en su información contable y hace que sus responsables financieros tengan que introducir múltiples correcciones y ajustes.

Para ilustrar el problema, tomemos el ejemplo de un inmovilizado adquirido por una de estas filiales, en el año 1, por un valor de 1000 Euros (igual entonces a 600$), que se amortizará durante 4 años, al ritmo de un 25% anual.

Al cabo de los cuatro años, la compañía ha amortizado 250 Euros cada año, pero debido a las fluctuaciones del cambio, la correspondencia en $ durante los distintos ejercicios no ha sido la misma, llegando al final en una situación en la que el valor total amortizado ha sido de 1.000 Euros, pero de 650$.

De este modo, en la contabilidad en dólares hablaríamos de la amortización de un valor final superior a la inversión inicial.

Se trata, de nuevo, de un problema fácil de solucionar con los modernos sistemas de control del inmovilizado, en los que todos los ajustes necesarios para corregir estas desviaciones y para cuadrar la contabilidad en dólares y euros, se realizan de manera automática.

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