En entornos tan complejos y cambiantes como los que propone la sociedad y la economía actual, resulta especialmente complicado mantener una estrategia a largo plazo consistente. Por eso es necesario que las pymes trabajen en el presente, pero con la mirada puesta también en el futuro. O sea: tener visión, fijar rumbo y compartir objetivos.
En los entornos VUCA en los que la previsión solo puede hacerse a muy corto plazo, resulta particularmente complicado establecer criterios, objetivos y estrategias de cara al futuro lejano. Hemos de recordar que la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad son elementos que caracterizan a estos escenarios. Por lo que, las pymes necesitan si no, neutralizar sus efectos, al menos, sí, mitigar sus efectos mediante procesos, operativas y, hasta, estrategias impregnadas de flexibilidad, agilidad y “frescura”.
En este sentido, la digitalización de las pymes juega un papel determinante ya que es precisamente todo eso -y mucho más- lo que proporciona la transformación digital de este tipo de organizaciones. Es decir, las empresas que practican un funcionamiento más digital se apoyan en la tecnología para proporcionar primero, productos y servicios, más y mejor adaptados a los nuevos requerimientos del cliente, segundo, facilitan respuestas y soluciones más claras y transparentes y, tercero, facilitan una relación más cercana y transparente con la comunidad stakeholders que componen su cadena de valor.
Automatización y mucho más
Aplicar la tecnología para operar de una manera más ágil, más rápida y más transparente, es solo el principio. O, al menos, podemos decir que es solo una parte de lo que implica la gran transformación digital de las pymes. Lo digo porque para beneficiarse de las múltiples ventajas que proporciona la tecnología digital a las pequeñas y medianas empresas, primero estas deben tener claro qué tienen que mejorar/cambiar; porqué deben avanzar/modificar y cómo van a diferenciarse/competir en un mundo global, hiperconectado y competitivo.
Hay que digitalizarse para afrontar con éxito los nuevos
retos que plantea el entorno VUCA Share on X
Está claro que la tecnología no es el objetivo de la digitalización, sino el medio. Pero que con ella las pymes pueden automatizar y, por tanto, ganar agilidad. Ahora bien, como decía antes, la tecnología debe ser la herramienta con la que hacer efectivo y eficiente el cambio. Primero debe haber una idea, un propósito, unos objetivos, una estrategia y, hasta un convencimiento, por parte de los responsables de la organización de que es necesario impulsar el cambio. Porque si no, cualquier iniciativa tecnológica correrá un altísimo riesgo de quedarse solo en la superficie sin ser capaz de permear a los procesos vertebrales de la organización.
Por lo tanto, tenemos claro que la tecnología da forma al convencimiento y a la estrategia de digitalización, pero, también debe recoger en sí misma el propósito firme y decidido de proporcionar a la organización más flexibilidad, más agilidad y más valor para la toma de decisiones. En este sentido, el pago por uso es un modelo que permite a las pequeñas y medianas empresas ir adaptando la tecnología a sus necesidades reales sin tener que comprometer para ello demasiados recursos.
Para entender mejor todo esto, échale un vistazo a este vídeo.
Mejora continua y satisfacción permanente
Al final, de lo que se trata es de buscar nuevas fórmulas para proporcionar altos niveles de satisfacción para el cliente que, desde luego, debe ser la prioridad de las pymes. Para ello, además de tecnología, es necesario tener el foco puesto en la mejora continua. Como hemos dicho muchas veces, la velocidad y el cambio continuo forman parte de los entornos VUCA por lo tanto, las organizaciones deben estar siempre atentas, siempre abiertas al cambio y siempre preparadas para enfrentarse a nuevos retos. Pero, para encarar estos nuevos desafíos, la formación, el aprendizaje y la cultura de la mejora continua deben formar parte del ADN de la organización.
En este sentido, al igual que la tecnología, implementar metodologías Agile, puede ayudar a favorecer el aprendizaje continuo y la adaptación permanente, a desarrollar estructuras más ágiles, evitando departamentos estancos y haciendo que la información fluya, que se asiente el trabajo, de verdad, colaborativo y que se ponga el foco de atención en el cliente que, como hemos dicho antes, debe ser la prioridad de cualquier organización.