Antes de meternos en materia, lo primero que deberíamos de dejar claro es que en la mayoría de las pymes la responsabilidad de la Tesorería suele recaer en el Responsable Financiero. Y por tanto, abarca muchas más funciones, relegando ciertas tareas de la tesorería por falta de tiempo.
La tesorería se puede definir como una de las disciplinas fundamentales dentro de la gestión financiera de las empresas, tal y como comentábamos en el post “La gestión de la tesorería en un sistema ERP, un pilar básico para el sistema financiero de la pyme”. Esta centra su atención en la gestión de las disponibilidades líquidas.
Los elementos naturales con los que trabaja el tesorero son el dinero en caja, los saldos disponibles y previstos en las cuentas bancarias, las inversiones financieras, los préstamos, y el control de los gastos e ingresos financieros. Su labor es, por tanto, la realización de una buena gestión del dinero y de sus movimientos. En definitiva, una optimización en la gestión de los recursos líquidos de la compañía.
Y por tanto, el principal objetivo del tesorero, es minimizar los costes relacionados con la financiación. En estos hay que incluir los incurridos por cuestiones de disponibilidad. Pero, también todos los ocasionados con la realización de transacciones, por el control de débitos y por la ejecución de todas las operaciones necesarias para la actividad, incluso la elaboración de informes.
Contexto del tesorero hoy
Como reto adicional el responsable de la Tesorería de cualquier compañía se enfrenta hoy a una situación de recesión económica que atañe a todas las empresas y sectores de la economía real.
Los dos frentes a los que está afectando principalmente la coyuntura económica, y que tienen un impacto directo sobre el trabajo del tesorero, son:
- el difícil acceso a los fondos financieros así como a créditos bancarios
- la relación entre clientes y proveedores.
Entre estos dos agentes, se produce una particular controversia ya que ambos necesitan disponer de la máxima liquidez posible en las operaciones comerciales. De este modo, los primeros quieren retrasar los pagos mientras que los proveedores buscan minimizar el crédito comercial. Esto acaba generando una tensión imprevista que ataca directamente a la tesorería de las empresas.
Asimismo, muchas compañías inmersas en este proceso de recesión se enfrentan a impagos y retrasos en los cobros, lo que genera un serio problema de liquidez, ya que como sabemos las entidades bancarias no están dando crédito
Ante este contexto no cabe otra que tener una gestión proactiva de la estructura financiera y esto sin las herramientas adecuadas es muy complicado. Aunque la realidad nos muestra que la percepción de la necesidad de un programa de tesorería específico va a venir ligada a la importancia que se dé a este área dentro de la compañía. En todo caso, Descarga el 2º Barómetro Digital Finance para comprobar cómo se percibe la figura del responsable financiero en la pyme en estos momentos.
Herramientas para el tesorero
Muchas veces el departamento financiero obtiene la información de tesorería de su sistema contable y analizando la información a través de tablas de Excel. El problema es que estos sistemas nos permiten un acceso a la información muy limitado, lo que implica incrementar las deficiencias y el escaso control sobre aspectos como la conciliación bancaria, la posibilidad de contrastar fechas, el cálculo de intereses de cuentas bancarias o la previsión y control de gastos de transacciones.
Ante la falta de liquidez no hay más remedio que mejorar el control de la Tesorería. Para ello, desde nuestro punto de vista, es necesario un software especializado en la pyme, preparado para la gestión electrónica bancaria, e integrado en el Sistema General de Gestión (ERP).
Tal y como hemos ido desglosando en este blog un programa de Tesorería debería de comprender tres pilares:
Gestión Bancaria
Lo óptimo es que cada compañía controle por sí misma sus estados financieros. De esta manera, somos capaces de tomar decisiones para optimizar el rendimiento financiero de sus activos, pudiendo elegir los productos financieros más rentables y mejorar, a través del conocimiento y la previsión, nuestra capacidad de negociación en la contratación de un amplio conjunto de productos financieros.
Gestión del Crédito Comercial
tanto de clientes como de proveedores. Si controlamos el riesgo de impagos de clientes, evitamos que su número crezca por el descontrol. Pero al mismo tiempo debemos controlar nuestro propio riesgo con los proveedores previniendo, por ejemplo, posibles cortes de suministro.
Planificación presupuestaria
al servicio de las decisiones estratégicas y tácticas. En un entorno económico como el actual planificar, presupuestar, comparar y corregir son acciones que pasan de ser recomendables, a convertirse en críticas para la marcha del negocio. Ninguna compañía puede esperar hasta final del ejercicio para comprobar si se han cumplido sus expectativas. Se presupuesta sobre menores períodos de tiempo y se llegan a barajar varios presupuestos empresariales (algunos más pesimistas y otros más optimistas) complicando sobre manera la labor del financiero.