Una vez que pasamos el famoso Puente de Diciembre, ya vamos enfilados hacia el maravilloso mundo de la Navidad, Fin de Año, Reyes, etc…
…y con ello, las prisas por cerrar el ejercicio, los cálculos del cumplimiento de objetivos, los presupuestos para los próximos 12 meses e inevitablemente, nos invade un extraño entusiasmo por escribir sobre conclusiones, retrospectivas, y, ¡cómo no!, las famosas tendencias.
Pues sí, en esas mismas estoy, y amenazo con publicar más de un post relacionado con todo esto que digo. De momento, y para abrir boca, te cuento que, según los gurús que más saben o que se atreven con más osadía a practicar aquello del vaticinio, parece ser que las tendencias apuntan claramente a la inclusión de nuevas funcionalidades enfocadas a lo que se conoce como industria 4.0. Ya sabes, hablo de ese concepto acuñado en Alemania para referirse a la necesaria digitalización del sector industrial. La adopción de avances tecnológicos como big data, Internet de las Cosas, robótica, impresión 3D, inteligencia artificial, drones o realidad aumentada, tienen mucho que ver en este asunto.
Pero, no quiero desviarme del tema principal de este post que tiene que ver con lo que se espera que suceda en el ámbito del ERP en 2017. Bien, pues además de las nuevas funcionalidades orientadas a la digitalización, veremos también, que esas nuevas funcionalidades buscarán incrementar o mejorar la usabilidad de los aplicativos. Y, por supuesto, la seguridad volverá a ser protagonista. Los ERP deberán mostrar sus credenciales en este aspecto y buscar la diferencia entre la amplia oferta que presenta el mercado. Seguridad garantizada, tanto física como virtual, y, por supuesto, flexibilidad y rapidez para actualizar a nuevas versiones.
Si sumamos, además, que el ERP, tanto si se accede a él a través de las fórmulas de pago por uso o en modelo SaaS, o bien, por medio de la tradicional compra de licencias, sí o sí, deberá estar habilitado para subirse a la Nube, entonces, hay poco de nuevo con respecto a lo que esperábamos el año pasado por estas mismas fechas.
Y digo yo que, quizá de nuevo haya poco, lo que sí podemos observar es que se han interiorizado todos estos conceptos y que las pequeñas y medianas empresas están en sintonía con el mercado, es decir, han asumido la necesidad de pasar de la informatización a la digitalización y, con ello, al uso de las nuevas tecnologías para mejorar su gestión. Mejor dicho, simplemente para llevar a cabo su gestión. O sea que, la tecnología y, concretamente el ERP, empezará a convertirse en un básico, una especie de prenda de fondo de armario, para entendernos, en lo que a administración y gestión empresarial se refiere.
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