La Tecnología os hará ser más… competitivos

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 “Porque sí o porque lo digo yo, o porque es algo que está ahí, son argumentos que no funcionan casi en ningún ambiente porque son fruto del desconocimiento o de la incapacidad de ofrecer mejores razones. Lo malo es que, a veces los seguimos escuchando”.

¿Os acordáis cuando en pleno boom de las “puntocom” se urgía a las empresas a invertir en tecnología? “Hay que estar ahí” sentenciaban en sus explicaciones algunos “expertos”. Unos cuantos años después, se vuelve con el mismo mensaje pero desde otra óptica diferente. Y es ahora el sector público el que mueve ficha.

Y lo hace arrojando datos –bastante convincentes, por cierto- respecto a los beneficios que la inversión TIC va a procurar a todos los ciudadanos: desde las archi conocidas Smart Cities hasta la no menos famosa facturación electrónica (aunque ésta se nos haya “atragantado” en su arranque inicial). En este sentido, el Ministerio de Industria ha iniciado una campaña para anunciar el compromiso del Gobierno en la adopción del  Mercado Único Digital Europeo.  Y es que, para el titular de la cartera de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, alcanzar esta especie de “maná” permitirá que los ciudadanos, y los países miembros, obtengan una serie de facilidades a la hora de intercambiar bienes y servicios, redundando  (o al menos confiemos en que así sea) en un incremento de la innovación y la competitividad. Para alcanzar este bonito objetivo, instan a todos los agentes impulsores, Administración, Empresas y Ciudadanos a “remar en la misma dirección”.

 

La Administración hace balance y autocrítica

Europa no está a la cabeza en cuanto a la expansión de redes de telecomunicaciones, que, traducido al lenguaje común significa, que está perdiendo oportunidades reales de crecimiento. Y esta situación se debe en parte a que no existe una regulación común para todos los países miembros de la UE. Soria y sus homólogos europeos, apuestan por una regulación que facilite tanto la inversión como la competencia y la innovación. Sólo así –piensan- se podrá llegar a un terreno de juego en el que todos los actores tengan las mismas oportunidades y, lo más importante, se garantice una adecuada protección a consumidores y usuarios.

Pero, volviendo al tema sobre cómo ganar competitividad, el Marco Único Digital Europeo pone el foco en una serie de cuestiones que, muy probablemente, permitirán a los estados miembros (ojalá estemos en lo cierto) situarse en la senda alcista de la competitividad.

Para recuperar la competitividad, perdida en parte frente a otras economías como la asiática o la estadounidense, la UE considera relevante apostar más decididamente por tecnologías como la banda ancha ultrarrápida para reducir la tan temida brecha digital. Una brecha que actualmente sigue siendo una triste realidad. Por otro lado, se apuesta por un mayor impulso a las Smart Cities. Estos proyectos se espera que permitan impulsar la innovación digital. Sin embargo, para sustentar estos proyectos, primero hay que adecuar las infraestructuras de telecomunicaciones para facilitar la proliferación de nuevos modelos de negocio y/o servicios.

Como de lo que se trata es de predicar con el ejemplo, uno de los primeros pasos que ha dado el sector de las “telcos” ha sido reducir el anacrónico roaming y la neutralidad de la Red, algo que resulta prioritario para facilitar el impulso de la economía digital.

 

Los paradigmas del 4.0

Pues sí, todo este speech tiene que ver con la tecnología entendida ésta como motor de la competitividad. Quienes se refieran a entornos 2.0, o incluso 3.0 están desactualizados. El futuro les ha pasado por encima pues Europa habla ya en términos 4.0. Así las cosas, ¿cómo vamos a poder llegar a actuar en este escenario? Desde mi punto de vista creo que la implantación, sin marcha atrás de la tecnología en cuántos más ámbitos de la vida, pero para ello, también hace falta un marco regulador que permita no dar pasos en falsos, y posibilidad de inversión, por lo tanto, mayor flujo crediticio. En definitiva, hacen falta una serie de pasos en cascada que verdaderamente permitan alcanzar esa visión 4.0, marcada claramente por 4 parámetros: el impulso del I+D+i, el Internet de las cosas, el cloud computing y el big data. Cuatro ejes sobre los que hay que trabajar e incidir para que Europa sea competitiva. Esperemos que, una vez que tengamos esto claro, no nos demoremos demasiado en dar los pasos oportunos para alcanzar este paradigma, porque lo que puede suceder es que, vayamos llegando siempre tarde.

Para terminar sólo mencionar algunos puntos sobre los que será preciso poner el foco si realmente no queremos perder el norte de la competitividad que aportan las TIC. Entre ellos destacan una mayor y mejor formación de los profesionales, una gestión más eficiente de la nueva corriente del emprendimiento y un mayor apoyo al tema de las economías colaborativos y los servicios públicos comunitarios, una nueva realidad donde el “share” se impone también entre los más jóvenes que empiezan a ser conscientes de la cultura del “compartir” para crecer como personas y como profesionales. Habrá que verlo…

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