La transformación digital, más allá de las diferentes definiciones que podamos hacer de ella, es un proceso de continua evolución. Las pequeñas y medianas empresas entienden que su digitalización, afecta a todos sus procesos, sus tareas y sus funciones, eso sí, ven la transformación como un proceso de cambio orientado a la mejora permanente, más que a la implementación de una tecnología concreta.
En la teoría son muchas las razones que podemos poner sobre la mesa para argumentar por qué las pymes apuestan por su transformación digital. Modernización, incremento de productividad, eficiencia, … Sin embargo, en la práctica, las razones suelen ser menos prosaicas y mucho más realistas. Estos motivos pueden ir desde la presión social, incluida también la que ejercen los propios clientes, proveedores, incluso, la competencia, hasta, la propia presión interna que se ejerce desde dentro de la organización.
Cuando hablo de presión interna, lo hago en positivo, que quede claro. Me refiero a que casi todos utilizamos tecnología bastante avanzada en nuestro entorno doméstico (smartphones de última generación, tablets, …) y se nos hace raro desempeñar nuestra actividad profesional en un ambiente menos tecnológico. Esto le sucede, sobre todo, a la nueva generación de profesionales que, obviamente, están en contacto con la tecnología, prácticamente desde que nacieron.
Este planteamiento no es ni malo ni bueno, simplemente creo que se ajusta más a la realidad que la idea que constantemente se nos transmite sobre que las pymes han entendido las múltiples ventajas que proporciona la digitalización.
La transformación digital afecta a todos
Para empezar, ni siquiera tenemos claro qué es exactamente eso de la transformación digital y mira que llevamos tiempo hablando del tema. En términos generales, lo que sí tenemos claro es que la transformación digital es un proceso tangencial que afecta a todos los estamentos de la empresa y que propone la mejora en la eficiencia del conjunto de la organización. Y, desde luego, esa mejora vendrá de la mano de la tecnología, por supuesto, pero también de las personas y del modo en el que estas entiendan la importancia del cambio y la utilización de las herramientas tecnológicas a su alcance.
Dicho de otro modo: las pymes impulsan su transformación digital porque entienden que, hoy por hoy, el cliente es el centro de todos los movimientos que tienen lugar en su entorno. Ahora ya, no solo piensan en sus clientes actuales y/o potenciales, sino que valoran la posibilidad de llegar también a los clientes de sus clientes (las redes sociales han contribuido -y mucho- a abrir nuevas posibilidades de comunicación de un modo fácil y poco costoso); pero también piensan en crecer: las pymes de hoy no se conforman con mantenerse, con sobrevivir. Hoy buscan ser más competitivas a través de su propio crecimiento.
La #TransformacionDigital es un proceso de mejora continua #Pymes Share on X
La situación actual favorece ese crecimiento. Es decir, tienen una amplia fuente de talento en el mercado, disponen de tecnología innovadora y potente a precios muy, pero que muy competitivos (pago por uso, SaaS, …) y, cuentan con un amplísimo mercado potencial al que dirigirse -el comercio electrónico ha eliminado las barreras geográficas-, así que el crecimiento empresarial ya no se ve hoy, como un objetivo inalcanzable, sino como una etapa más dentro del ciclo vital de cualquier pyme.
Capacitación y valentía para salir de la zona de confort
En todo caso, sea por lo que sea, lo cierto es que las pymes españolas hablan ya, sin complejos de transformación digital. Para abordar estos cambios creo que también han tomado conciencia de la importancia que tiene la formación, o, mejor dicho, la capacitación, que va más allá de la adquisición -incluso, la puesta en práctica- de determinados conocimientos teóricos. En Transformación digital. ¿qué es y cómo la afrontan las pymes? puedes encontrar muchos más argumentos en favor de la capacitación y la adquisición de las habilidades necesarias para impulsar la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas. Creo que las pymes han entendido la importancia de dotar a su plantilla -a toda, incluida la alta dirección- de la capacitación necesaria para que la transformación digital sea un proceso de largo recorrido.
Dicho esto, creo que la implementación de la tecnología -adecuada- a los procesos empresariales es un aspecto claramente relevante dentro de lo que entendemos por transformación digital, aunque como ya hemos dicho muchas veces, no el único. Evitar las zonas de confort tecnológico es una de las prioridades de las pymes. Es decir, aún sabiendo que existen opciones tecnológicas más adecuadas para el negocio, seguir utilizando la misma tecnología de siempre, simplemente porque todo el mundo conoce esos aplicativos, saben utilizarlos y, en definitiva, se sienten cómodos con ellos. Esta secuencia está costando mucho dinero a la empresa porque limita la productividad y, con ello, la rentabilidad, porque pone barreras a la innovación y, porque, en definitiva, frena el desarrollo de iniciativas que pudieran ser interesantes para impulsar el negocio.
La transformación digital es necesaria
Si eres responsable de una de esas pymes que todavía están en la fase en la que se preguntan si realmente necesitan una transformación digital, déjame decirte, que estás perdiendo un tiempo precioso. La transformación digital, no solo es necesaria, sino que es inevitable, simplemente, porque el entorno, es cada vez, más digital. La competencia, los clientes, los socios, todos. Eso sí, decir que la transformación digital es necesaria, no basta. Hay que determinar el punto de partida, evaluar las necesidades -reales-, analizar las diferentes alternativas y, establecer las estrategias -con hitos a conseguir- para alcanzar el objetivo real: la mejora de la eficiencia.
Por lo tanto, para resumir. Las pymes piensan en su digitalización. Muchas ya han puesto en marcha diferentes planes para transformarse. Sus razones son variadas, aunque coinciden en señalar que el cliente y el crecimiento son dos elementos que tienen muy en cuenta. Y, en la asociación de transformación digital con innovación y con mejora continua parece que están encontrando la clave.
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