“No se pueden poner puertas al mar. El comercio electrónico ha venido para quedarse y el que no quiera verlo, estará condenado al fracaso”
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), acaba de hacer público el último informe, que recoge los datos de comercio electrónico del tercer trimestre de 2014. Por empezar resumiendo, algunos de los datos más significativos tienen que ver con el incremento del 24% de la facturación, con el crecimiento también de la cifra de negocio, un crecimiento interanual del 25,8% impulsado por el efecto tractor de sectores como el turístico, el transporte aéreo o las prendas de vestir.
En total se han realizado 64 millones de transacciones, es decir, un 24% más que en el mismo período analizado del ejercicio anterior. Y, en cuanto a segmentación geográfica decir que las webs de comercio electrónico en España se han llevado el 54% de los ingresos en el cuarto trimestre de 2014, mientras que el 43,7% restante ha correspondido a las compras realizadas con origen en España, hechas a webs de e-commerce, en el exterior. Si todavía quieres ir más al detalle y empaparte de cifras, porcentajes y ratios, te recomiendo que te descargues el informe completo aquí.
Presente y futuro convergen en el e-commerce
Presentado el panorama actual y con esta detallada radiografía del entorno, no resulta aventurado pensar que poco a poco el comercio electrónico va ganando terreno a los procesos de compra tradicionales. No podemos decir que esta forma de acceder a bienes y servicios sea el modelo del futuro, porque es una fórmula que ya están utilizando, como se explica en el informe de la CNMC, millones de usuarios en todo el mundo. Sino más bien, podríamos decir que en el futuro se perfeccionarán los mecanismos de este canal de venta para hacerlo más ágil, más efectivo, más transparente y, con mayor capacidad para integrar diferentes dispositivos tanto de compra como de pago.
De hecho, la utilización del móvil para comprar y para abonar las adquisiciones, es hoy por hoy, una realidad. En España se está asumiendo el comercio móvil como un nuevo hábito de consumo. Tan es así, que en los últimos años se han ido desarrollando multitud de apps que facilitan las compras online, y que abren una nueva vía de negocio, aunque eso sí, con mucho recorrido aún por delante.
Trabajar en equipo para impulsar la evolución
En todo caso, éste es un trabajo que afecta a todos los actores que intervienen en los procesos de compra: los comerciantes que deberán apostar por el desarrollo de estrategias 100% orientadas a este tipo de plataformas con métodos de pago fiables y seguros; los clientes que deberán impulsar el uso de estas nuevas herramientas y que, sin duda, modificarán sus hábitos de la misma manera que ya lo han hecho con otro tipo de soluciones; y, cómo no, los fabricantes tecnológicos, tanto los que tienen que ver con el desarrollo de las infraestructuras, como con los relacionados con los dispositivos móviles, como con todos aquellos que se dedican al desarrollo y evolución de las propias plataformas de e-commerce y todo lo que ello implica, incluidos, como no, los agentes indirectos como pueden ser los fabricantes de sistemas de gestión empresarial que ayudan a mejorar por dentro para brillar por fuera.
Un aspecto a tener muy en cuenta, será el de la seguridad, porque aunque los consumidores están cada vez más confiados – no sabemos si para bien o para mal- con el hecho de realizar transacciones online, lo cierto, es que el tema de la protección y la garantía de seguridad es un campo minado en el que aún hay camino por recorrer. No por falta de previsión de los fabricantes, sino más bien, por la evolución propia de los ciberataques cada vez más sofisticados.