Negociación con los bancos
Hoy, asistimos a la aparición de una nueva generación de empresarios, con la autoconfianza generada por sus conocimientos, formación y habilidades en las TIC, parecen capaces de ‘comerse’ el mundo. A veces, sin embargo, observamos con sorpresa cómo esta autoconfianza se desvanece, cuando estos mismos empresarios cruzan el portal de una entidad bancaria.
Se trata de un fenómeno que se observa sobre todo en la PYME y muchos empresarios quizás tuvieran motivos de sobra para mostrar esta actitud (la situación de algunas compañías hoy es realmente complicada).
En otros muchos casos, sin embargo, este “arrugamiento” se debe únicamente a la falta de información. Y es que muchos gerentes y emprendedores, agobiados por el día a día, no conocen su volumen de operaciones y los fondos que mueven a través de una entidad bancaria, de lo rentable o no que le podría resultar su empresa a un determinado banco, ni tampoco los errores que a veces ocurren en el cobro y aplicación de comisiones, que a la compañía le cuestan un dinero y que la misma, por desconocimiento, ni siquiera tendrá la oportunidad de reclamar.
El diagnóstico de la enfermedad parece claro: hoy, un importante número de PYMEs se siguen apoyando en exceso en la información que les facilita su entidad bancaria, para llevar a cabo su gestión, cuando deberían ser ellas mismas las que controlen sus estados financieros. La solución convencional sería fácil, pero trabajosa, ya que se traduce en largas horas de seguimiento y comprobación manual. Hay sin embargo una píldora muy efectiva, para que las empresas puedan llevar a cabo este control con máximas garantías de comodidad y de seguridad. Una píldora que, como tantas otras, se llama: programa de tesorería.
Negociar, renegociar, controlar….
En el trato con una o varias entidades financieras, la principal aportación de esta herramienta informática y, en especial, de sus capacidades para el control de bancos, es que dota a la compañía de unos datos valiosísimos que la sitúan al mismo nivel de negociación.
El sistema permite obtener fácilmente y con un sólo clic del ratón todo tipo de informes sobre la actividad de la empresa por tipos de movimiento, su saldo medio en una o en varias cuentas de la misma entidad, el volumen total de operaciones, con el número de transacciones global o desglosado por transferencias, pagos domiciliados, pagos con tarjetas y otras múltiples modalidades…
Toda esta información no sólo permite controlar los argumentos que nos de nuestro gestor, en base a su “Balance banco-empresa”, sino también el que podamos aportar otros nuevos y manejar alternativas diferentes a nuestro favor.
Las capacidades de control de bancos, en un programa de tesorería, también resultan muy útiles en la apertura de una nueva cuenta o en la contratación de cualquier producto financiero, porque facilitan la evaluación de las condiciones ofrecidas por cada entidad y la comparación de las propuestas de distintos bancos, o las simulaciones con los datos de la compañía para elegir siempre la mejor opción.
Su uso también beneficia la solicitud de préstamos y el control de descubiertos. Y es que, un conocimiento adecuado de las necesidades de financiación por cuenta, entidad y a nivel global, nos ayudará a evitar los descubiertos por descuido, con las consiguientes penalizaciones y pago de intereses innecesarios.
Un programa de tesorería también permite controlar que la entidad o entidades con las que trabajamos, están cumpliendo con lo pactado en cuanto a intereses, comisiones, límites de riesgo, etc. En ocasiones, este incumplimiento se debe a un error y, en otras, al hecho de que el plazo de aplicación de unas condiciones ha expirado y la entidad bancaria nos ha empezado a aplicar automáticamente una tarifa diferente, sin previo aviso.
En resumen
Un elemento importante, en este apartado, es el control del riesgo negociado, que influye directamente en nuestra capacidad de cobrar y que la solución permite monitorizar por producto (remesas de recibos, póliza de crédito, etc.).
La herramienta también facilita el control de préstamos e inversiones, calculando automáticamente los intereses cobrados y los pendientes de cobrar, con simulaciones de TAE, etc. En definitiva, todo un cuadro de mando para que el responsable financiero pueda controlar fácilmente cualquier aspecto de su relación con una o con varias entidades bancarias.
De este modo, observamos cómo los modernos programas de gestión son capaces de ayudarnos, y mucho, a mejorar nuestro desempeño. Para que la próxima vez que acudamos a nuestro banco, y aunque sea difícil igualar el sex-appeal de Eva Longoria en el anuncio de L’Oreal, podamos decir con suficiente seguridad: “Porque mi empresa lo vale…”.