Las empresas con sede en España están entre las mejor equipadas de Europa para poder trabajar a distancia. Sin embargo tan sólo el 13% de los empleados utiliza el software ERP puesto a su disposición para completar algo más de la mitad de su jornada laboral fuera de la oficina. La cifra es una de las muchas recogidas en el estudio “El trabajador del futuro: Evolución del puesto de trabajo en la era de la transformación digital”, presentado recientemente por IDC en colaboración con Cornerstone OnDemand.
Si algo ha puesto de manifiesto la citada investigación es que en España las empresas disponen de recursos tecnológicos suficientes para hacer posible la flexibilidad horaria y la gestión de equipos de trabajo a distancia.
Los datos que en ella se ofrecen son concluyentes en ese sentido. En el 87% de las empresas encuestadas los trabajadores podían recibir formación para manejar herramientas TI; en el 83% de ellas se habilitaban espacios de trabajo abierto; en el 63% se respaldaban iniciativas de BYOD (Bring Your Own Device); el 63% disponían de mesas de trabajo flexible y el 69% estaba provista de programas de gestión del trabajo en grupo y sistemas de TI habilitados para dispositivos táctiles. Un montón de recursos para hacer posible la movilidad sin que ello repercuta negativamente en el rendimiento.
Así las cosas, lo que aleja la posibilidad de que el trabajo a distancia se consolide en nuestro país no es una brecha tecnológica sino cultural. Volviendo al estudio, el 31% de los directivos encuestados manifestaron no apreciar el valor que aporta a la empresa fomentar la flexibilidad. A este porcentaje se suman otros dos que apuntan a que existe cierta resistencia a la aceptación de aspectos esenciales para que la flexibilidad laboral se asiente como tendencia dentro del ámbito empresarial español. Tan sólo el 68% de las compañías encuestadas afirmó aceptar el trabajo desde el hogar y el 76% el soporte de TI remoto.
Pese a que en España las empresas recelan de la productividad que ofrece el trabajo flexible y mantienen una visión tradicional de los RR.HH, sí solicitan de los empleados la asunción de nuevas responsabilidades (así lo reconoció el 80% de las firmas encuestadas en el estudio). Y una de las peticiones habituales que se hace a quienes ocupan cargos intermedios -y están por ello al corriente de lo que sucede en el día a día del negocio- es que mantengan cierto nivel de contacto con sus equipos de trabajo durante el periodo vacacional. Durante los meses de julio y agosto trabajar a distancia pasa de ser una opción a convertirse en un imperativo para quienes se ven en la tesitura de tener que mantener cierto grado de control sobre los proyectos puestos en marcha cuando están fuera, ya sea a petición de la dirección o por iniciativa propia.
La posibilidad de alojar este tipo de soluciones en la nube lo permite, pudiendo además ampliar sus capacidades cuando sea necesario, y también ha terminado con uno de los problemas que hacía a las empresas reacias a apostar por el trabajo a distancia: la ausencia de herramientas de medición de la productividad que permitiesen evaluar si el trabajo coordinado online es productivo o no.
Los datos relativos a los procesos productivos puestos en marcha en proyectos coordinados a distancia también pueden transmitirse a los módulos de gestión de proyectos integrados en el ERP de la empresa. Algo imprescindible para saber si el esfuerzo realizado en la organización, gestión y evaluación de un proyecto a distancia ha tenido fruto.
La mejor forma de contribuir a que en las empresas españolas se instauren modalidades de trabajo más flexibles en lo que respecta al cumplimiento horario y la asistencia a la oficina es poner a disposición de las compañías tecnologías que permitan medir la productividad del trabajador más allá del mero cumplimiento estricto de una jornada ordinaria.
El periodo estival puede ser un buen momento para trabajar con herramientas SSE en conexión con los módulos de gestión de proyectos del ERP de la empresa, lo que permitirá a esta comprobar a partir de datos concretos si la movilidad y flexibilidad horarias inciden negativa o positivamente en la productividad, al hacer posible comparar la eficiencia de la gestión de los proyectos gestionados online y sus resultados con aquellos que no lo han sido.