La década de los ‘70 fue determinante para España. Se iniciaba una nueva era tras aprobarse la constitución e iniciar el país una serie de cambios económicos, sociales e, incluso, culturales, que hicieron posible, cosas impensables hasta la fecha. El país era para los emprendedores como un gran lienzo en blanco sobre el que dibujar nuevos modelos de negocio, nuevos proyectos e iniciativas -incluso- disruptivas. Hoy las vemos con nostalgia, pero es importante poner en valor todo lo que sucedió entonces para tomar conciencia del camino que recorrieron muchas de las organizaciones, nacionales e internacionales, que ayudaron a construir la España más moderna.
Hablamos de un momento histórico en el que todo -o casi todo- estaba por hacer. Las iniciativas de emprendimiento que surgían entonces llevaban esa mezcla de ilusión e incertidumbre necesarias para dar el salto al mundo de los negocios. Los cambios demográficos, sociales y la llegada de una tecnología que hoy nos parece casi “pueril”, contribuyeron a acelerar la puesta en marcha de grandes proyectos, ideas y negocios.
Todo estaba por hacer en un mercado dominado ya, por las pequeñas y medianas empresas. Un dato: cuando las multinacionales tecnológicas empezaron a llegar a España, su plantilla no era superior a la de cualquier pyme que comenzaba a dar sus primeros pasos. Hubo que construir absolutamente todo: canal de distribución, herramientas, procesos, estructuras, normativas… Todo era innovación.
Tener un objetivo claro fue entonces, y sigue siendo ahora, una de las claves del éxito. Por eso, aunque el objetivo de desarrollar tecnología para pymes hace 40 años fuera una meta incierta, acabó convirtiéndose en el corazón del negocio de muchas organizaciones que empezaron a escribir su historia en paralelo a la historia del ecosistema pyme en España.También es verdad que la evolución del mercado fue modificando las reglas de juego.
Transformación, innovación y mucha cultura de emprendimiento, además de grandes
dosis de pasión, ilusión y compromiso: así se construye una pyme hoy, y 40 años atrás. Share on X
En todo caso, mirar la experiencia de compañías como Datisa que este año celebran su 40 aniversario, me ha hecho pensar en qué ha sido lo que ha hecho que una compañía pequeña, nacida en la España todavía arcaica de finales de los ´70 en la que hablar de tecnología era como hablar en chino mandarín, acabara convirtiéndose -sin perder su esencia- en una de las tecnológicas españolas orientadas al entorno pyme de mayor nivel en el panorama nacional.
Y, pensando, pensando he llegado a la conclusión de que sus fundadores, además de apostar por la informatización de las pymes hicieron también otras apuestas ganadoras que ahora te explico según mi opinión, claro.
Apuesta por la tecnología
En 1979, año en el que nace Datisa, la informática era cosa de unos cuantos “frikis”, visionarios que entendían que la tecnología abriría el camino a un nuevo modelo de gestión. Hay que pensar que por aquel entonces ni los ordenadores eran compatibles, ni la velocidad de procesamiento era la que es hoy en día y que Internet no existía todavía. La llegada de todo ello, el cloud, el Business Intelligence, la Analítica de los Datos, siendo relevante, no ha supuesto un cambio tan radical y disruptivo como los primeros “descubrimientos” que son el origen de todo lo que vino después.
Parece redundante pero una empresa tecnológica debe estar siempre alerta para entender no solo la tecnología sino también cómo esta tecnología puede ayudar a resolver las necesidades y requerimientos CAMBIANTES de un mercado tan complicado como el de la pequeña y mediana empresa. Por eso, en Datisa no solo aprovechan las ventajas que ofrece la tecnología de última generación, disponible para todos los actores del mercado, sino que han optado por desarrollar tecnología propia para ofrecer un valor extra que diferencie a sus soluciones del resto de las de la competencia.
Apuesta por las personas
Importantísimo rodearse de buenos profesionales que sean también, buenas personas. Datisa siempre ha tenido en las primeras posiciones de su lista de prioridades la composición y fidelización de sus equipos de trabajo. Para ello, ha diseñado políticas de selección y fidelización, conforme a su naturaleza y posibilidades, pero siempre encaminadas a favorecer el la integración y el desarrollo profesional de sus colaboradores.
Apuesta por el servicio
Es algo que tenía claro la organización desde el principio: una buena solución sin los servicios complementarios adecuados es una solución incompleta. Por eso, Datisa ha trabajado desde el principio en dotar a sus aplicativos de los servicios pre y post venta necesarios para que sus soluciones sean, verdaderamente, diferenciales: consultoría, formación, acompañamiento en la implementación, soporte, mantenimiento, etc. todo encaminado a incrementar los niveles de satisfacción del cliente. Sí, Datisa ha puesto el foco desde siempre en el Customer Experience, aunque no siempre se llamara así.
Apuesta por la innovación
El hecho de crear una organización tecnológica cuando la informática se vendía a precio de oro y no eran precisamente las pymes las mejor posicionadas para implementar soluciones tecnológicas ya define el carácter intrépido, curioso e innovador de sus fundadores. Carácter que han imprimido a la firma y que, 40 años después le identifica. Una innovación que permea a todas las áreas de la organización y a todos sus procesos. Por lo tanto, no solo se apuesta por la innovación tecnológica, también por la innovación operativa, por la innovación en el área de gestión empresarial, corporativa o en el entorno de las personas. Innovación y búsqueda permanente de nuevos modelos de negocio, de nuevos modelos de gestión, de nuevos modelos de comercialización, etc.
La verdad es que me ha quedado un artículo bastante corporativo, pero, mira, de vez en cuando es bueno alegrarse y, hasta presumir un poco, de los logros alcanzados. Así que, para seguir “disfrutando” te dejo el enlace a esta entrevista a Isabel Pomar, CEO de Datisa en la que hace un recorrido por estos 40 años de historia que son, solo, el anticipo de los otros 40 que quedan por venir.