Evitar duplicidad en las funciones cliente/asesor y aportar valor, ya sea en clave de ahorro de costes o de optimización de beneficios, son las razones por las que el negocio reclama un cambio. Disponer de información relevante, analizarla e interpretarla para facilitar la toma de decisiones, es otra de las nuevas funciones que las pymes reclaman a las asesorías más modernas.
El objetivo o la misión principal con la que nacieron las asesorías está directamente vinculado con el cumplimiento -en tiempo y forma- de las obligaciones fiscales, contables y laborales de los negocios. Siendo esta su principal atribución, el ecosistema pyme empieza a demandar un mayor análisis de los datos y un mejor acompañamiento en la toma de decisiones relevantes.
Los efectos económicos y/o laborales de la COVID-19 también repercuten en el entorno de las asesorías y en las nuevas demandas que reclaman las pequeñas y medianas empresas. En este sentido, además de buscar la optimización en el pago de sus cargas impositivas, así como, la maximización del beneficio, ahora se precisa de una revisión eficiente de los procesos. Una revisión que evite la duplicidad de funciones y que facilite la toma de decisiones.
Como explica Pablo Couso, director comercial de Datisa, “muchas veces el responsable de contabilidad de una pyme proporciona las facturas al asesor una vez que ya se han procesado internamente. El asesor procesa de nuevo esos documentos y presenta los impuestos. Sin embargo, esa forma de operar, además de consumir demasiado tiempo y recursos, no proporciona al negocio, la información actualizada que necesita para anticiparse ni para mejorar su competitividad o su rentabilidad”.
Un asesor no debe limitarse a “picar” datos. Su función estratégica será la de facilitar información analítica que permita a la empresa tomar el control sobre los aspectos clave de su negocio. Colaboración vuelve a ser la palabra clave. El trabajo en equipo cliente-asesor permitirá un mejor conocimiento de las necesidades reales del negocio y facilitará el control de gastos e ingresos, así como la redirección de recursos hacia aquellas áreas del negocio que más lo necesiten.
La tecnología y la relativa facilidad de acceso a la misma, supone una gran ventaja para el entorno, aunque, su uso todavía no se ha generalizado hasta el punto de proporcionar ese nivel de profesionalización que exige la nueva realidad. Profesionalización basada en un mayor nivel de digitalización que permita no solo operar de una manera más eficiente, rápida y segura, sino que facilite los controles y KPIs necesarios para gestionar de forma inteligente.
En este sentido, las propuestas de Datisa pasan, entre otras, por utilizar un ERP que permita automatizar procesos -para ganar tiempo y confianza en los datos- y optimizar el control en la gestión del negocio. Pero, yendo a lo concreto, las nuevas asesorías, encontrarán el apoyo que necesitan en la tecnología que les permita proporcionar a sus clientes información actualizada sobre comparativa de diferentes ejercicios, rentabilidad de clientes o estado de situación real de la empresa, entre otras cuestiones.
Una asesoría que, de verdad quiera asesorar, debe poder compartir con sus clientes la información clave para el negocio y proporcionarle cuadros de mando con la información crítica para la toma de decisiones. La documentación contable y fiscal proporciona información estratégica para la definición de objetivos y estrategias y para establecer plazos. Pero es importante, no solo disponer del dato, sino analizarlo e interpretarlo. Y, en eso, las asesorías tienen un amplio recorrido.