Mantener la tesorería bajo control
Gestionar la tesorería de manera adecuada es estratégico para todo tipo de organizaciones. Más aún, para las pequeñas y medianas empresas en las que abordar un problema de liquidez puede resultar estresante.
La principal norma que podríamos destacar para gestionar la tesorería de una pyme con buen pie es que hay que acompasar los procesos de ingresos y gastos con los flujos de entrada y salida de dinero.
Algo que parece obvio y que no lo es tanto, cuando sobre el papel se ingresan unas cantidades que, o no se registran en el banco o se hacen mucho más tarde de lo previsto o de lo recogido en los apuntes contables.
Esta descompensación hace que garantizar la liquidez resulte una actividad complicada. Más aún, si lo que se pretende es mejorar la rentabilidad de la compañía aprovechando los excedentes de tesorería.
Por lo tanto, lo primero en lo que deben fijarse las pymes que quieran impulsar una gestión eficiente de la tesorería es en el control de sus cobros y pagos.
Y, siendo más exactos: cobrar cuanto antes y pagar lo más tarde posible para poder financiarse, así, también a través de los proveedores. Nadie dijo que esto fuera fácil. Pero tampoco imposible.
En todo caso, para poder garantizar la liquidez y la disponibilidad de los fondos necesarios como para poder financiar las operaciones ordinarias y extraordinarias de la organización en el momento y formato que así lo decida se me ocurren algunas funciones básicas:
Control de cobros y pagos
Como decía al principio hay que tener control sobre lo que se cobra, las condiciones acordadas, los períodos de cobro, las posibles demoras y tratar de implementar siempre un modelo de gestión de cobros ágil y, sobre todo, transparente.
Tres reglas de oro para mantener la tesorería a raya en las pymes Share on X
Pero también, en el apartado de los pagos se debe ser claro. Y, en el ámbito de la relación con los proveedores si, como decía antes, lo que se pretende es obtener financiación por su parte (algo bastante común en las operaciones comerciales) es fundamental responder a los compromisos de pago adquiridos.
Un incumplimiento puede dar al traste con una relación comercial provechosa para ambas partes, puede suponer la interrupción del suministro, la suspensión de los créditos o la exigencia de acometer el pago por anticipado ante la incertidumbre ocasionada por una demora en los pagos.
Planificación de presupuesto
Todo lo que se pueda prever o presupuestar con antelación debe hacerse. En el caso de los presupuestos de tesorería podríamos decir que son claves para adivinar o, mejor dicho, para adelantarse a las necesidades futuras y poder definir de una manera más clara y concisa si la actividad de la organización permitirá afrontar los gastos y las inversiones previstas.
O si, por el contrario, será recomendable, acudir a una entidad financiera o cualquier otra fuente externa para solicitar financiación extra. Pudiera ser vía inversores, vía ampliación de capital, aportación de socios o, incluso, echar mano del circulante de la propia compañía.
Cumplimiento de lo pactado
Es importante vigilar que se cumplen las condiciones pactadas tanto con las entidades financieras, como con los proveedores y, por supuesto, con los clientes. En el funcionamiento de una empresa no todo vale.
Como sucede en la mayoría de los entornos. Ahora que ponemos tanto foco en el cliente, en la satisfacción del cliente, en mejorar su experiencia, etc. las empresas, particularmente las pequeñas y medianas, no pueden caer en la tiranía del cliente siempre lleva la razón, porque no siempre es así.
El miedo a incomodar a un cliente o a perderlo incluso, hace que en muchas ocasiones se reaccione tarde y mal ante una situación de impago o demora en los abonos de las facturas que amenaza riesgo importante.
Disponer de la información adecuada ayuda, primero a tomar las acciones oportunas y, segundo, a poner en valor, precisamente cualquier acción que se ponga en marcha ya que se tendrá la certeza de actuar conforme a lo acordado.
En definitiva, hay que tener claro que cualquier operación que tenga lugar en el seno de una empresa tiene que llevar aparejada una contabilización oportuna.
En el caso de la tesorería, sucede lo mismo. Todas tienen una contrapartida contable que se debe registrar debidamente.
Esos registros ayudarán a elaborar Informes, Estadísticas y Reportes que permitirán llevar un control más exhaustivo.
Eso sí, solo será posible si para hacerlo, los pymes utilizan un ERP que contribuya a gestionar, automatizar y controlar todas aquellas tareas relacionadas con el entorno de la gestión financiera.