De vez en cuando me gusta hablar de las cuestiones que impulsan a una pyme a decantarse por un ERP u otro. Hay muchas entradas en este blog sobre diferentes criterios de selección. Bueno, pues esta, será una más, porque considero que es un elemento francamente relevante. El hecho de que todo el mundo hable de transformación digital y de cambio de paradigma y, en fin, toda suerte de adjetivos para poner en valor el uso, cada vez más necesario, de la tecnología, me ha hecho sentarme a pensar, si los criterios de elección en torno a los aplicativos ERP han variado mucho o siguen parecidos a los que venimos utilizando en los últimos años.
Bueno, eso lo veremos cuando comparemos (las entradas más antiguas, con esta última), pero, en cualquier caso, creo que este ejercicio de reflexión podrá ser útil tanto para aquellas organizaciones que estén pensando seriamente en cambiar de aplicativo o en utilizar uno por primera vez, como para los desarrolladores y comercializadores de software porque quizá, les ayude a ajustar mejor sus propuestas.
Creo que una de las cosas que sí empieza a cambiar es que las empresas han dejado de valorar en modo prioritario (aunque siguen teniéndolo presente) la inversión e, incluso, las variables en cuestión de ahorro de costes. Hoy, puntúan más las cuestiones de valor estratégico que puedan tener las aplicaciones tecnológicas de cara al negocio. Siguen teniendo especial interés, las soluciones fáciles de utilizar, las que tienen una amplia cobertura funcional y, aquellas que, en su formato estándar, ofrecen posibilidades de adaptación. Es decir, la flexibilidad vuelve a ser un plus.
En plena efervescencia digital, todos aquellos ERP que favorezcan la movilidad, que mejoren la analítica de la información, que garanticen la seguridad de los datos y que estén habilitados para darse un paseo por las nubes, tienen más posibilidades frente a aquellos otros que siguen sin poner el foco en la digitalización, entendida, ésta -insisto- como la optimización del uso de la tecnología. Por supuesto, con la mirada puesta en las que forman lo que IDC denominó Tercera Plataforma (Cloud, Social Business, Mobility y Big Data).
Una mirada muy lineal, me lleva al razonamiento sencillo de que la cuadratura de los costes que implica la penetración tecnológica frente a los beneficios que esta puede reportar, sería la ecuación para determinar qué ERP es mejor que otro. Es decir, si los costes superan a los beneficios, malo. Y si es al revés, pues eso, bueno. Pero ya he dicho, que este planteamiento además de ser lineal y muy básico, empieza a dejar de ser el argumento más utilizado, incluso entre las pymes.
Cobertura funcional y mucho más
Creo que, además de lo que ya he dicho, hay otros elementos como la cobertura funcional que cobran un mayor protagonismo, si cabe, que años atrás. Sobre todo, porque las empresas han entendido que sabiendo lo que necesitan, es más fácil, buscar una solución que les ayude a resolver sus propósitos. Hoy las pequeñas y medianas empresas, buscan cobertura funcional, sí, pero una cobertura ad-hoc, algo así como dejar de matar moscas a cañonazos y apostar por herramientas que den respuestas concretas a cuestiones específicas. Eso sí, soluciones que dejen la puerta abierta a la resolución de necesidades futuras.
El estado de la tecnología empieza a ser relevante. Es decir, se busca tecnología innovadora y se apuesta por aplicativos que hayan sido desarrollados con lo último de lo último. Hoy, la tecnología está de moda y, afortunadamente, se ha ampliado el acceso a la misma. ¡Ojo, a la sostenibilidad de cualquier iniciativa! Ya decía que los aspectos económicos, sin olvidarse, han pasado a un segundo plano, pero se buscan ERP y, en general, soluciones que sean sostenibles. Es decir que permitan crecer o decrecer sin ir sumando inversiones.
Además de radiografiar al proveedor tecnológico, al que cada vez ven más como un socio que les acompañará en su proceso de implementación TI, las pymes miran hacia adentro para analizar los recursos con los que cuentan y para entender cuáles son sus propias limitaciones. Eso también ayuda a determinar qué opción será la escogida.
Con respecto al proveedor de ERP con el que las empresas vayan a trabajar, me parece interesante -aunque muchas de estas ideas son de cajón- insistir en que deberá mostrar unas credenciales sólidas en cuanto a temas corporativos, por supuesto, en cuanto a experiencia acumulada, y, como no, en lo que a conocimientos o propiedad intelectual sobre el aplicativo se refiere. Importante también su solvencia, su garantía de continuidad y su autonomía.
¿Estás en el proceso de búsqueda activa? ¿Son importantes estas cuestiones para ti? ¿Qué otros criterios estás valorando?