En factura electrónica sigue habiendo fallos

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“La velocidad en la que se producen los avances no marca el resultado final del mismo, pero sí muestra el modo en el que se desarrollarán los acontecimientos en el futuro”.

El otro día leyendo la prensa tecnológica me topé con un artículo en el que se afirmaba que el 83% de las empresas del IBEX 35 ya habían puesto en marcha un proyecto de factura electrónica, haciéndose eco de los datos que maneja SERES. De este grupo, continuaba diciendo el texto, el 43% de las empresas tiene proyectos de conectividad limitada por barreras tecnológicas o de negocio.

Y me saltaron entonces todas las alarmas. Si algunas empresas del IBEX 35, las organizaciones más grandes de este país, se encuentran con conectividad limitada por barreras tecnológicas, qué será entonces de las pymes?, esas empresas que tienen que sacar adelante sus proyectos a golpe de horas de trabajo extras.

La factura electrónica está llamada a ser un gran avance. De hecho, ya se están observando las muchas ventajas que reporta en términos de ahorros. Sin embargo, también su implantación o, mejor dicho, su uso, está siendo complicado, fundamentalmente por los problemas de conectividad provocados por la diversidad de puntos de entrada que hay tanto en el entorno de las Administraciones Públicas (B2G), como en el ámbito privado (B2B).

 

Problemas que se arrastran desde el comienzo

La Administración está cumpliendo su parte del trato, despacio y quizá demasiado tarde, pero lo está haciendo. Es decir, que los problemas de facturación con este tipo de instituciones, son menores que las incidencias que se producen en las relaciones entre empresas privadas. Todo, según afirman los expertos de SERES, que hablan de vicios de origen, algo que yo traduzco, en que las cosas no se hicieron bien al principio y, ahora, casi un año después, seguimos encontrando dificultades que podrían haberse evitado.

Uno de esos vicios, hablando del entorno del B2B, tienen que ver con la posibilidad de utilizar diferentes formatos como UBL, EDI, o formatos no estructurados como PDF, entre otros, que además se pueden combinar con otro motón de medios de conexión como pueden ser FTP, AS2, VAN, correo electrónico, por poner sólo algunos ejemplos.

Pero hemos de ser realistas y, aunque el modelo ideal se nos presente con un estándar de comunicación y formato, lo cierto es que en el escenario actual las cosas no son así. Propongo entonces que, en lugar de quejarnos, trabajemos por dar respuestas. Me sirve el símil idiomático. Ojalá todos pudiéramos entendernos hablando un único lenguaje. Pero, la realidad es que, aunque la tendencia que se impone es el inglés en el entorno internacional, se siguen utilizando otras lenguas. En este caso, sucede lo mismo. Se vislumbran algunas tendencias aunque las puertas siguen estando abiertas a diferentes opciones.

Pero los desarrolladores de ERP estamos acostumbrados a lidiar en estos terrenos, en los que la rapidez y las prisas acaban imponiendo el ritmo. Y el mensaje que trasciende ha de ser sencillo. Los ERP son facilitadores, su objetivo es quitar trabajo. No quejarse.

De la factura electrónica sigue habiendo muchas cosas que decir. Por ejemplo, qué implican los últimos cambios normativos o cómo dar seguridad jurídica a la firma de una factura electrónica en la nube. Pero de esto, ya hablaremos en los siguientes post.

 

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