ERP en la nube
Utilizar un ERP en la nube tiene pros y contras, pero hoy, las pymes pueden elegir en función de sus intereses y objetivos y no tanto, de su presupuesto.
Ventajas
Hablamos continuamente de las ventajas que ofrece un ERP en la nube, y que, grosso modo las podemos resumir en las siguientes:
- Implantaciones rápidas y sencillas porque no hay que instalar el ERP en un servidor, ni siquiera en los equipos de los usuarios. El navegador web permite el acceso de los usuarios a través de la nube. El proveedor es, además, quien se encarga de poner el sistema en funcionamiento. Por lo tanto, las pymes que optan por el ERP en la nube acortan los plazos para poner el sistema en producción.
- Se reduce el coste total en propiedad porque con el cloud solo se abona una cuota mensual que dependerá de criterios diversos, pero fundamentalmente, de los usuarios y de los módulos que se utilicen. Un ERP in house suma al coste de la licencia, otros adicionales como el mantenimiento de las mismas, el soporte, el hardware del servidor, la electricidad que se consume, las copias de seguridad del servidor, el tiempo y los recursos humanos dedicados, etc.
- Es más fácil actualizarse porque cada vez que hay que hacer un upgrade no es necesario ir a cada equipo, basta con “refrescar” el navegador para disponer de la nueva versión. Pero ¡ojo! si el hardware se “quedara pequeño” sería el proveedor el que se encargaría de resolver el problema. Otra preocupación menos para el usuario-cliente.
- Se gana en flexibilidad porque la nube facilita el acceso al sistema desde cualquier dispositivo informático.
- Hablamos de mayores niveles de seguridad y de que el proveedor se encarga de todas las cuestiones relacionadas con este asunto.
Pero ¿tiene la nube una “cara B”? probablemente no todo sean parabienes y este modelo tecnológico también cuente con algunas desventajas o, mejor diría yo, áreas de mejora que, poco a poco, se van solventando.
Inconvenientes
En términos generales, las pymes que aún se muestran reacias (cada vez menos) a la nube, argumentan que:
- Quieren tener los datos en los equipos que están ubicados físicamente en sus instalaciones.
- Les preocupa el uso que pueda hacer el proveedor de software de sus datos.
- No les gusta la excesiva dependencia del proveedor.
- Desconfían del cumplimiento de los aspectos legales, por ejemplo, si el servidor no está en el país de origen y tiene una normativa de protección diferente a la europea, qué prima? ¿Puede haber sanciones?
- Y, ¿qué pasa si falla la conexión a Internet?
Entiendo que son preocupaciones fundadas, pero la evolución tecnológica de los últimos años ha logrado responder con eficiencia a estas “limitaciones”, que hoy son más producto de los propios miedos que de una amenaza real. De hecho, por ejemplo, ni las pymes pueden proteger con más celo que el proveedor de soluciones cloud sus equipos frente a intrusiones no autorizadas ni la conexión a Internet es tan determinante. Perdón, lo es, porque se precisa para conectarse, pero el abaratamiento de los precios y las múltiples prestaciones del 3G y, ya, del 4G, permite disponer de varias líneas de backup de las conexiones ADSL y, como digo, a precio muy, muy, muy competitivo.
En definitiva, no todo es blanco o negro, y la principal ventaja con la que cuentan las pymes hoy, es que pueden elegir. Y que su elección dependerá de los intereses y de los objetivos que persigan y que disponen de diferentes opciones tecnológicas para abordarlos.