“Es inevitable. En los cumpleaños, nos entra la nostalgia y nos da por mirar atrás, al origen de todo. Eso nos carga de energía y nos ayuda a planificar mejor el futuro que queremos vivir”
Los actuales sistemas de gestión empresarial son una evolución de las antiguas aplicaciones MRP (Material Requirements Planning Systems) que se desarrollaron durante la II Guerra Mundial con el fin de planificar y gestionar recursos bélicos. Eso sí, afortunadamente, el devenir de estos programas se ha orientado a fines más pacíficos.
A mediados de la década de los ´60 se fueron creando varias empresas dedicadas al desarrollo de software; programas de gestión que –como en la actualidad con el usuario doméstico a través de los OEM- se embebían con la venta del hardware. Así, empezó a surgir la necesidad de las empresas por contratar desarrollos a medida para cubrir necesidades específicas.
En la década de los ´60 surgieron las primeras aplicaciones informáticas con el foco puesto en la gestión de inventarios: era una ruptura con la tradición. Aunque el acceso a las computadoras estaba limitado –por motivos siempre presupuestarios- a la gran cuenta, estos equipos podían manejar un gran volumen de información a velocidades inimaginables (en aquella época; hoy nos harían esbozar una sonrisa y seguramente hasta asombro, por su lentitud). Así, el modo de procesar información cambió radicalmente. Mientras que en el momento “pre-tecnológico” los planteamientos de las empresas no podían superar los límites impuestos por las herramientas disponibles, con la entrada de las computadoras es posible evitar, revisar o descartar las técnicas previstas; e incluso instaurar otras nuevas que, hasta el momento habían sido imposibles de utilizar. En este contexto nacen los primeros sistemas que tratan la gestión de demanda dependiente.
Una fecha que rompe con todo lo anterior fue el 1 de enero de 1970, cuando el gigante azul anuncia que ciertos paquetes de software empresarial se comercializarán por separado, poniéndose fin a la era en la que el software se adjuntaba de manera gratuita con la compra de los equipos.
Y, de pronto, una empresa que piensa en las pymes
Al principio de este artículo mencionábamos el origen de los ERP en la industria militar. Bien. Joseph A. Orlicky se encargó de hacerla factible en el sector civil en su obra MRP, “The new way of life in production and invnetory management”, de 1975. Según Orlicky, el MRP se basa en una serie de procedimientos, reglas de decisión y registros diseñados para convertir el programa maestro de producción en necesidades netas para cada periodo de planificación. Dicho en otras palabras, el MRP permite calcular qué necesito, lo compara con lo que tengo y es capaz de calcular qué voy a necesitar en un futuro y –lo más importante- cuándo; porque el verdadero avance en la planificación y gestión de inventario era dar respuesta a “cuándo” había que comprar.
Durante los años 70 y 80, los MRP fueron evolucionando, con mejoras en determinados aspectos como la información tratada, las herramientas informáticas disponibles o la divulgación de las prácticas empresariales. Por ello, el cambio de MRP a ERP no se establece en base a una ampliación de las áreas departamentales cubiertas; sino que se focaliza en establecer un sistema de información que funcione como columna vertebral de las decisiones tomadas en la empresa. No en vano, los actuales ERP han conseguido llegar a las empresas por la gestión de recursos, en base a una planificación de las necesidades y un control previo de la evolución del consumo de recursos.
Participando en la historia
En el año 1979, DATISA presenta ya su primer programa de gestión e inicia una andadura en la que la innovación se convierte en su principal elemento diferenciador. Otro aspecto que hará que la compañía destaque sobre el resto de los actores que conformaban el mercado de entonces, es que convierte a las pymes en el foco de su negocio, algo, verdaderamente “rompedor” para la época.
Hoy los ERP inciden en la gestión por procesos. El sistema define cómo debe ser realizado un proceso, qué información debe introducirse, qué personas deben ser informadas, etc.
En fin, todo esto es porque, en DATISA, después de 35 años, nos invade un poquito la nostalgia y aprovechamos estas ocasiones para recordar de dónde venimos y poder establecer con más claridad las coordenadas del futuro que queremos vivir.