Líderes que impulsan el crecimiento
La transformación digital plantea nuevos retos para el management y la gestión empresarial. Cómo afrontarlos es, en sí, otro de los grandes desafíos. Equilibrar tecnología, procesos y personas es una de las opciones que despuntan con más fuerza.
Como ya os decía en el post “innovación, liderazgo y gestión, las estrategias del éxito para las pymes”, la semana pasada Datisa organizó un desayuno de trabajo para analizar el impacto de la transformación digital y la innovación en el proceso evolutivo de las pymes.
Hoy, os cuento algunas de las cosas más interesantes que se dijeron. De todo, lo que más me llamó la atención es el hecho de que, a pesar de que ambas -digitalización e innovación- son consideradas como palancas del cambio para mejorar la propuesta de valor y la competitividad de las pymes, para los directivos siguen implicando grandes desafíos para gestionar las personas, también las tecnologías y, ¡cómo no! los procesos, que se verán salpicados por una nueva forma de hacer las cosas.
Así las cosas, los directivos deberán mostrar grandes dotes de liderazgo para adaptarse a un entorno globalizado y cambiante.
La tecnología como instrumento para responder a las necesidades de un cliente cada vez más informado y exigente, la implicación de las personas en la visión y los objetivos corporativos, o la definición explícita de los procesos de transformación han sido solo algunos de los temas sobre los que se debatió la semana pasada en el encuentro entre profesionales organizado por DIR&GE e impulsado por Datisa.
Digitalización, claro que sí. Pero con un plan
Pablo Couso, Technology Expert de Datisa,explicó la importancia y el valor que tiene la tecnología en estos procesos, asociándola además, a la gestión del talento. Pero también quiso enfatizar en la necesidad de contar con un plan estratégico para abordar la transformación digital, que ve, dicho sea de paso, como un proceso continuo.
Hay que mirar siempre los objetivos, el horizonte que quiere abarcar una compañía, no solo en el corto plazo, sino de cara al futuro. Hay que definir las necesidades concretas de una empresa, las metas que quiere alcanzar y, con todo -dijo- establecer un proyecto que incluya hitos y etapas concretas para abordarlas progresivamente.
Invertir en tecnología incrementa la productividad y capacidad competitiva de la empresa, así como contar con el talento necesario para ponerla en marcha.
Sin embargo, Pablo Couso fue tajante al afirmar que cualquier proceso transformador y, más aún, en los que la tecnología juega un papel determinante, debe estar supervisado por un líder, alguien orientado al cambio, capaz de adaptar el modelo de negocio a las diversas transformaciones que se producen en el mercado.
Poner el foco en el cliente también en el interno
La tecnología ya permite conocer lo que necesita, quiere o busca el cliente y ofrecérselo a golpe de click, fácilmente. En los procesos de transformación digital, los expertos coincidieron en señalar que el foco debe estar siempre apuntando al cliente para satisfacer sus exigencias, de un modo eficiente y rentable para el negocio. Esa es la clave y la verdadera aportación de la tecnología.
Otra idea que extraigo del debate es que las claves del éxito son el producto/servicio, el equipo y la tecnología. El producto/servicio debe cubrir necesidades reales de la gente. Es imprescindible contar con un modelo de negocio claro detrás de la tecnología y, además, debe ser escalable.
Ahora bien. A pesar de las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología, las personas siguen siendo el verdadero eje sobre el que gira -o debería- la transformación digital. De nada serviría tener un producto/servicio excelente, al mejor precio y con la mejor ubicación, si el cliente interno no comparte los objetivos o la visión de la empresa. Él seguirá siendo el motor que mueve la organización para que siga funcionando. Las personas deben ser las verdaderas embajadoras de la marca.
¿Cómo hacer que empleados y empleadores congenien?
Responder a esta pregunta no siempre es tan sencillo. Pero lo que parece claro -a la vista de los comentarios vertidos en el debate de la semana pasada- es que da igual que hablemos de empresas grandes o pequeñas, lo importante es definir una estructura y explicar claramente la misión y los pasos a seguir.
Después, por supuesto, hay que seducir al equipo con objetivos compartidos, hay que crear valores que sean comprensibles para todos, definir retos y objetivos, orientar a los managers, celebrar y recompensar los éxitos… La clave está en poner a las personas en el centro.
Líderes que incluyan y que apuesten por la transparencia
En el encuentro impulsado por Datisa también se habló de compartir el conocimiento y de gestionar la resistencia intrínseca al cambio. Pero no hay fórmulas matemáticas, ni una barita mágica para llevar a la práctica todas estas recomendaciones.
Eso sí. Comunicar, escuchar, compartir, establecer conversaciones bidireccionales, ser accesibles, … siguen siendo alternativas muy válidas en estos procesos transformadores.
Por otro lado, lo que quedó claro es que una de las claves -si no la más importante- está en la transparencia, en la comunicación fluida y en la capacidad para alinear toda la organización con los valores corporativos. Y, si, especialmente también, al equipo directivo.
La capacidad de superación y la comunicación horizontal son fundamentales para enfrentarse a los entornos multidisciplinares que plantea la digitalización, dijo Pablo Couso. La visión de conjunto no debe limitarse exclusivamente a los directivos.
Los líderes deben dotar de las capacidades necesarias a sus equipos, hacerles partícipes del desarrollo. La transformación digital abre un mundo de posibilidades, pero sólo será posible si contamos con las personas.