“La unión hace la fuerza. Si fuéramos capaces de entender y aplicar ese concepto también en el mundo empresarial, quizá la tasa de éxito de las empresas, sería mayor”.
Cuando decido escribir algo sobre comercio electrónico, inmediatamente me viene a la cabeza el entorno de los ERP, quizá porque entiendo que este tipo de negocio online debe estar sustentado en unas aplicaciones de gestión robustas y confiables que garanticen algo más que la exposición de un catálogo de productos y/o servicios en Internet. O quizá, podría ser también, por la deformación propia que implica trabajar en el entorno de este tipo de aplicativos desde hace más de 15 años.
Sea por lo que sea, lo cierto es que el mundo del comercio electrónico plantea grandes retos a las aplicaciones de gestión, retos que deben solventarse en beneficio de ambos. En este sentido, una de las principales demandas de las tiendas online a los fabricantes de ERP estriban en la necesidad de dotar a sus herramientas de la suficiente agilidad y flexibilidad como para estar en el foco de los proyectos ecommerce desde el primer momento. No, con esto no me refiero a la idea de aprovechar el momento como una oportunidad de negocio –que también- sino a ocupar la posición que verdaderamente le corresponde a este tipo de soluciones por su propia naturaleza, en el conjunto de programas con el que cuente la empresa.
Y, subrayo, desde el primer momento porque creo que esa es la clave para llevar al éxito un proyecto de tienda online ya que más tarde o más temprano se hará imprescindible la integración de la plataforma de ecommerce con el aplicativo ERP. Por lo tanto, si no se tiene en cuenta este pequeño detalle desde el principio, las empresas incurrirán en importantes costes económicos y organizativos que podrían ralentizar la rentabilidad del proyecto. La herramienta web no debe concebirse como una herramienta al margen del sistema general de gestión porque, como digo, gran parte del éxito del proyecto ecommerce, está asociado a la capacidad logística y operativa que muestre y demuestre la tienda online y eso sólo se consigue con un ERP.
Mismo perro, distinto collar
El problema que se plantea no es nuevo, sino más bien recurrente en el mundo del comercio moderno. Y es que cualquier proyecto de comercio basado en un objetivo de crecimiento, debe tener en cuenta que, desde el punto de vista de soporte informático, no basta con tener un mero escaparate, por muy bonito, dinámico o impactante que sea, y su correspondiente sistema de facturación. Este es un conflicto grave que se ha planteado por ejemplo, a muchos proyectos de franquicias que nacieron mecanizándose con programas de TPV básicos pero que no tenían la capacidad para soportar la gestión comercial y financiera de un proyecto en crecimiento, lo cual, acababa generando graves conflictos económicos.
Por lo tanto, y, por retomar el tema de los retos, creo que el principal reto para los fabricantes de soluciones ERP es hacer llegar al mercado, de manera efectiva, el mensaje de que ya seas una nueva empresa que nace en el entorno online, o una organización madura que implanta o adopta una nueva estrategia de comercio electrónico, debes valorar las distintas propuestas de los proveedores de plataformas de gestión empresarial y dejarte asesorar para optar por las alternativas que más valor te aporten. Lo contrario, como decía, suele ocasionar casi siempre, costes elevados en el medio plazo que pueden llegar a hacer replantear la viabilidad del proyecto.
Las tiendas online deben aprovechar la capacidad de integración que ofrecen los ERP con las páginas web porque uno de los factores fundamentales que determinan el éxito o el fracaso de un proyecto de estas características, está en la gestión, algo para lo que están pensados precisamente los ERP, para optimizar la gestión comercial y financiera de las organizaciones. Así que, larga vida al ecommerce y larga vida al ERP.