Hace poco saltaba la noticia “Merkel exige jubilación y vacaciones comunes en la UE”. En su opinión, tras los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal resulta agravante que los trabajadores del sur de Europa trabajen menos que los alemanes (en los que incluía España).
La respuesta, evidentemente, no se hizo esperar y hubo declaraciones en defensa del honor nacional por parte de todos: políticos, medios de comunicación, etc. Ejemplo la respuesta de Cinco Días: “Las estadísticas, correspondientes a 2009, demuestran lo contrario: los trabajadores alemanes se retiran antes que los españoles. Si en la Península la edad real de abandono del mercado laboral está en los 62,3 años, en el país germano se sitúa en los 62,2. Otros países, como Francia, sí que podrían ser caso de agravio, ya que allí los trabajadores se retiran a los 60 años. Por otra parte, tanto en España como en Alemania se ha extendido recientemente la edad legal de jubilación hasta los 67 años”
Nuestra intención no es hacer ninguna valoración sobre este asunto, porque creemos que lo realmente importante no son los días de vacaciones, o si trabajamos más o menos horas que los alemanes o los franceses. Lo realmente importante es si ese tiempo nos cunde más o menos, es decir, si realmente somos más o menos productivos.
Pero ¿Qué es la productividad? ¿Existe un problema de mentalidad?
Si consultamos la Wikipedia, la competitividad [de calidad y de precios] se define como la capacidad de generar la mayor satisfacción de los consumidores al menor precio, o sea con producción al menor costo posible. Está claro que uno de los factores que influyen es la productividad.
La productividad es definida en la Wikipedia en el ámbito de desarrollo profesional al índice económico que relaciona la producción con los recursos empleados para obtener dicha producción, expresado matemáticamente como: P = producción/recursos
En nuestra opinión, en un mercado de competencia global la única forma de que los mismos recursos puedan hacer más cosas en el mismo tiempo, sólo es posible apoyándose en la tecnología y en la calidad de la formación de los trabajadores. Cualquier automatización conlleva por sí misma una reducción de tiempo y de errores (que la mayoría de las veces suponen un incremento de los costes) y por tanto, mejoran la productividad. Una mayor productividad redunda en una mayor capacidad de producción a igualdad de costes, o un menor coste a igualdad de producto.
Sin embargo, como empresa tecnológica nos damos cuenta que para muchas empresas conseguir mejorar la competitividad, es a menudo un problema de mentalidad. Centrándonos en la utilización de las herramientas ERP que es lo que nosotros conocemos en profundidad, nos podemos encontrar con varios perfiles diferentes en el uso de la tecnología:
Empresas que no tienen claro que beneficios pueden aportarles las TI, prefieren hacer ciertos procesos a mano porque el esfuerzo que tienen que hacer para elegir una herramienta, su implantación y formación creen que no les compensa los beneficios. Resultado, en muchos procesos que se llevan a mano es más frecuente que se produzcan errores y además se tarda más tiempo y consecuentemente pérdida de productividad. Hoy en día estas son las menos pero todavía existen casos.
Compañías que piensan que todas las herramientas son iguales, por tanto, la única diferencia es el precio. Estas no siempre cuentan con las herramientas más adecuadas para su organización y muchos de sus procesos se podrían automatizar más, mejorando ampliamente muchos de sus procesos productivos.
Organizaciones que aunque cuentan con las herramientas adecuadas no invierten en formación. Esto, conlleva una infrautilización de las mismas y muchas veces los resultados son muy parecidos a los del perfil anterior aunque en menor medida.
Y por último, las empresas que tienen claro que apoyarse en TI es fundamental para la automatización de sus procesos para ello tienen en cuenta que la calidad y la mejora continua pasa por la formación y aplicar las mejoras tecnológicas que van surgiendo en el mercado. Normalmente en estas el índice de productividad es mayor.
La tecnología como herramienta de mejora para la competitividad
Desde nuestro punto de vista, el tan comentado Pacto para la Competitividad en Europa, no está teniendo en cuenta un factor primordial para la mejora de la competitividad y es promover el uso de las TI como palanca de cambio en la mejora de la misma. Es evidente, que como empresa tecnológica, somos parte interesada, pero sinceramente no vemos otra forma de hacerlo, teniendo en cuenta que nunca podremos competir, por ejemplo, con los salarios de los países emergentes.
En un post anterior ya comentamos el estado de las pymes españolas respecto a la adopción de nuevas tecnologías según el informe de Fundetec. Es cierto, que se ha avanzado muchísimo en los últimos años sobre todo en el ámbito de Internet, pero, todavía es necesario un cambio de mentalidad de todos para hacer una apuesta real por la mejora de la productividad.