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La prioridad de cualquier solución de tecnología, por supuesto, también de un ERP, es agilizar, automatizar y mejorar la eficiencia de los procesos.
De esta forma, las empresas optimizarán sus ratios de rentabilidad y, por ende, sus niveles de competitividad.
Pero, de cara al usuario final, el principal objetivo ha de ser, según explican desde Datisa, proporcionar amplias funcionalidades con un modelo de uso intuitivo y extremadamente sencillo.
Hacer que la tecnología pase a un segundo plano para el usuario. Esa es la clave para garantizar una experiencia de usuario satisfactoria.
Pero, para hacerlo, es importante conseguir sistemas que funcionen a la perfección, que proporcionen amplísimas funcionalidades, incluso en sus versiones estándar y que no impliquen procesos extremadamente largos, ni de implantación ni de interiorización.
Es decir, que proporcionen todos los beneficios que se espera de ellos, con una curva de aprendizaje corta. O, al menos, que permita acelerar esa curva de dominio a través de los servicios de formación adecuados.
Ahora bien, como explica Isabel Pomar, CEO de Datisa “la tecnología que hay detrás de un ERP es compleja porque debe dar soporte a procesos estratégicos de un negocio. Por eso, la clave está en diseñar modelos tecnológicos que respondan funcionalmente y que, al mismo tiempo, pasen prácticamente inadvertidos para el usuario. En Datisa hemos desarrollado nuestra propia tecnología bajo este principio de funcionalidad y usabilidad y es lo que nos ha permitido presentar un aplicativo completo y potente, pero a la vez, extremadamente sencillo de utilizar”.
Su diseño funcional hace que se pueda utilizar de manera óptima sobre diferentes BBDD, ya sean de pago o gratuitas. Y, es aquí, donde el sistema ofrece la primera muestra de su amplísima flexibilidad.
El sistema de 5 capas -en lugar de las 3 que utilizan la mayoría de sus competidores- proporciona absoluta independencia del sistema operativo. Es decir, que el usuario tiene absoluta libertad para utilizar el sistema operativo que quiera.
Pero, además, evitan que los continuos cambios que se realizan en los sistemas operativos les afecten. Las instalaciones son más rápidas y se producen menos incidencias. En resumen, todo son ventajas, respecto a funcionamiento y uso.
La tecnología de comunicaciones remotas de Datisa ha permitido -ya lo hacía desde hace tiempo- optimizar la operativa de los puestos remotos. No se necesita licencias de terceros, lo que implica un significativo ahorro costes.
Proporciona un comportamiento unificado de la aplicación lo que implica un uso más intuitivo del sistema ya que sus pantallas siempre siguen la misma dinámica.
Los datos se estructuran de tal manera que las consultas de históricos son extremadamente rápidas. Los datos introducidos en el sistema se almacenan en diferentes tablas de datos de apoyo para imprimir mayor rapidez a las consultas.
El tiempo es también un importante indicativo para mejorar, no solo la eficiencia de los procesos, sino la rentabilidad de los negocios.
La tecnología de “cliente inteligente” que incluye la Serie 64 del ERP de Datisa aísla a los usuarios de problemas de configuración concretos que puedan impactar sobre el sistema. Esto se traduce en una implementación más rápida y, sobre todo, más segura.
Además, permite llevar a cabo las tareas de mantenimiento del ERP sin incidencias en caso de que se lleve a cabo una integración de programas de terceros.
En definitiva, no es que la tecnología no importe. Más bien al contrario. La tecnología es determinante para definir la potencia, la robustez o la seguridad de cualquier aplicación.
Pero, esta tecnología debe pasar inadvertida para el usuario final que lo que busca, en realidad es acceder de manera sencilla y rápida a la información que necesita.
Lo que permite que eso sea posible es intrascendente para el usuario que debe centrarse en obtener el máximo rendimiento del sistema en el menor tiempo posible.
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