La tecnología digital
La tecnología digital es un término de reciente cuño (apenas unos años) que ha terminado imponiéndose prácticamente en todos los sectores de actividad.
Empresas y administraciones públicas han sucumbido a las ventajas que aporta la digitalización y están emprendiendo a distintas velocidades, eso sí, su transformación para mejorar sus procesos y con ello, optimizar sus rendimientos.
Sí, en el caso de la Administración Pública, también debemos hablar de rendimiento, entendido éste, como una mejora sustancial en el servicio que presta a los ciudadanos.
Pero, para no desviarme del tema, las empresas y diferentes corporaciones deben entender que la transformación digital, en efecto, impulsará una mejora de sus resultados, pero esa migración digital, implica, sí o sí, una transformación del negocio.
Ahora bien, ¿quién deberá impulsar ese cambio hacia la tecnología digital? ¿los departamentos de TI? ¿Deberán ser los gerentes? ¿o los propios empleados?
A día de hoy y, dependiendo del tamaño de la organización, esta tarea se reparte entre las áreas de tecnología y las de gestión. Sin embargo, ya se empieza a discutir sobre la necesidad de buscar un líder que dirija y oriente los cambios a la consecución de los objetivos fijados.
Ese líder es lo que los ingleses llaman Chief Digital Officer (CDO) que traducido al español sería algo así como un Director de Digitalización.
Del modelo tradicional al entorno digital
Resumir la aportación de la tecnología digital frente a la analógica o convencional en unas pocas líneas, a mí, personalmente, me resulta imposible.
Básicamente porque es un cambio que afecta a todo el conjunto de la organización, incluso, al entorno en el que desarrolla su actividad, es decir, que confluyen agentes endógenos pero también exógenos que deben tenerse en cuenta.
Para cambiar del mundo analógico a la tecnología digital, la empresa deberá cambiar su concepción, su filosofía empresarial, sus procesos y su forma de hacer las cosas para poder entenderse con un consumidor que de analógico tiene más bien poco o nada.
Y es que la migración digital pretende hacer confluir la realidad de las empresas con la situación actual de los consumidores, por eso, ser digital es algo más que estar en las redes sociales. Es un concepto que debe entenderse desde la perspectiva de la estrategia y la gestión.
El cambio
El cambio, obviamente no es fácil porque implica romper con el modus operandi conocido para adaptarse a otra realidad con una forma de hacer las cosas, diferente.
Algunos cambios sustanciales hacia la tecnología digital se refieren, por ejemplo, en cuanto a los procesos internos, a la utilización de aplicativos software para gestionar los procesos comerciales o de almacén. En este sentido, los ERP tienen que llevar la voz cantante.
Pero los cambios son más profundos y afectan incluso a la forma en la que se comercializan los productos. ¿Cómo crees que se gestó el eCommerce, por ejemplo? Aunque, ¡ojo! la venta en entornos físicos también se ve sacudida por la digitalización.
Digitalizar
Digitalizar también ayuda a descentralizar, eso sí, de una manera integrada.
Nuevamente, hay que hablar de las plataformas de gestión empresarial que hoy, permiten centralizar la información y estandarizar procesos de trabajo para adaptarse a las necesidades de cada usuario, cliente, proveedor, etc.
En fin, y por ir resumiendo, lo digital está transformando no sólo la concepción, sino las expectativas y el objetivo es equilibrar las ventajas de los modelos tradicionales con los beneficios que aporta lo digital. Vamos, lo de siempre, que la mesura está en el equilibrio.
Ahora ya sabéis en qué consiste la transición hacia la implementación de la tecnología digital.