Se habla mucho de SaaS, muy asociado a la famosa transformación digital y, a la revolución tecnológica que implica. Pero ¿sabemos si nuestra empresa está realmente preparada para afrontar el cambio?
Cuando hablamos de SaaS y de la implantación de este modelo de explotación tecnológica en la empresa, no tengo muy claro, que todos, en la organización, sepan a qué se refiere. Cloud Computing, SaaS, Pago por Uso, la verdad es que son, demasiados conceptos, casi para ir a parar al mismo sitio.
Sin embargo, no voy a entrar en el juego de las definiciones, Wikipedia para eso funciona, relativamente bien, por lo que me centraré en buscar algunas pautas para determinar si mi empresa o la tuya, están preparadas para dar el salto al SaaS. Aunque, si te interesa el tema del SaaS, te recomiendo otros post que hemos hecho al respecto.
¿Cómo se perciben los cambios?
En primer lugar, he de decir que los cambios, por regla general, asustan. Por ejemplo, la flexibilidad de los horarios, las tardes de los viernes libres, la posibilidad de trabajar desde casa, el uso de las tecnologías en el entorno laboral, … ¿Os acordáis lo raro que parecía?
En realidad, asustan, pero los cambios, si nos fijamos bien, han sido, y son, una constante en el ecosistema empresarial.
Ahora bien, no todas las empresas están preparadas para afrontar los cambios. Cada una tiene su propia realidad y partirá de un determinado punto de inicio.
De manera que, mientras que algunas organizaciones impulsarán pequeños cambios, a modo “explorador”, otras preferirán, dar el “salto al vacío” de una vez, y abordar cambios radicales.
¿Se habla claro?
En todo caso, el cambio, pasará por transmitir a todos los agentes implicados -empleados, clientes, proveedores, partners, …-los beneficios que aportarán los cambios. Por lo tanto, lo primero, comunicación directa, fluida y transparente.
¿Pone el foco en la seguridad?
Otro elemento, de los más relevantes para iniciar cualquier cambio, es el que afecta a la seguridad. De hecho, las claves para analizar la seguridad interna de un ERP, es un tema bastante recurrente en este blog.
Si hablamos de SaaS, realmente estamos hablando de algo que no puede tocarse y, eso, para las pymes, supone un reto.
Ahora bien, si somos capaces de convencer -con pruebas objetivas- que la seguridad que aporta el SaaS, hoy por hoy, es real y, más aún, superior en muchos casos a la que se pueda certificar internamente, la pyme habrá dado un paso de gigante en su convencimiento para implantar el Software as a Service.
¿Es confiada o confiable?
Y es que, a pesar de todo, el miedo a perder el control sobre los datos y las aplicaciones sigue estando presente en muchas pymes. Y, con miedo, no se va a ninguna parte. Si la empresa desconfía del servicio, quizá llegue a implantarlo en algún momento, siguiendo tal vez, la “moda” en curso.
Pero lo que nunca conseguirá será explotar el máximo potencial que ofrece. Por lo tanto, hay que medir el nivel de confianza que se respira en la organización.
Por otra parte, cuando se empieza a operar a través de la nube, la empresa, deja de controlar el timing de actualizaciones o de mantenimiento. Esta responsabilidad pasa a manos del proveedor del servicio. Y si, yo lo entiendo como una ventaja.
Pero, la organización debe tener este aspecto claro y respetar las decisiones del proveedor. Vamos, que la actualización de una aplicación responde a un bien común -al de muchos usuarios- y no, tanto, al de una empresa en particular.
¿Cómo va de conectividad?
Y, para terminar, me acuerdo del tema de las infraestructuras. Es verdad, que esta parte, es algo que los proveedores SaaS dejan muy claro.
Poca inversión inicial en hardware. Ahora bien, la conexión a Internet debe permitir a las empresas “volar”. Por lo tanto, hay que asegurarse de que si se analiza el grado de conectividad de la empresa y su capacidad para dar “soporte” al sistema que se quiere implantar en la nube, mejor que mejor.
Con todas estas pistas, será más fácil saber si la compañía, en cuestión, está preparada para dar el salto, o, al menos, te dará algunas pistas importantes para saber por dónde hay que empezar y cómo y cuándo iniciar el proceso.