El teletrabajo es un modelo de organización laboral en el que los trabajadores desempeñan su actividad sin estar físicamente en la empresa. Es algo tan antiguo como la propia labor comercial. Sin embargo, las nuevas tecnologías, los nuevos modelos laborales y la situación sanitaria que vivimos desde marzo de 2020 han acabado por democratizarlo, llegándose a legislar por la vía de urgencia. El teletrabajo tiene un impacto en las empresas más profundo de lo que pensamos porque requiere un paradigma de confianza mutua empleado/empresa y un enfoque hacia los resultados, más que hacia el tiempo trabajado.
Teletrabajar no es algo nuevo. De hecho, antes de la COVID-19 ya se atisbaba un crecimiento paulatino y constante de personas que trabajaban desde casa. Aunque, sin duda, hablábamos de aquellas organizaciones más comprometidas y, sobre todo, quizá, con un grado de digitalización mayor. Y, cuando hablo de digitalización me refiero, no solo al uso de la tecnología, sino a la mentalidad y la cultura digital que pone el foco más, en la eficiencia, la transparencia y la inmediatez y, no tanto, en el presencialismo o las horas trabajadas. La cuestión ahora es saber si el teletrabajo será una moda pasajera o una solución de urgencia o si logrará mantenerse en el en el tiempo.
Lo cierto es que los datos del teletrabajo en España se sitúan por debajo de la media europea, aunque sabemos que muchas de las actividades que se desarrollan en la oficina podrían llevarse a cabo en remoto. Por lo tanto, creo que hay todavía mucho margen de mejora, respecto a nuestros vecinos europeos. Ahora bien, no todas las empresas pueden implementar el trabajo o hacerlo de manera inmediata. Y, en todo caso, los retos de teletrabajar por primera vez son muchos. Como cada vez que hablamos de una redefinición de procesos o de cambios que impliquen una transformación significativa, cada organización debe poner sus propias reglas, dependiendo de su estado de situación, sus recursos y sus objetivos.
TELETRABAJO Y TRANSFORMACIÓN DIGITAL
De forma inesperada hemos descubierto una sociedad, un consumidor, y un cliente mucho más predispuesto a la experiencia digital de lo que imaginábamos. Más predispuesto a la economía de las plataformas y a las grandes empresas tecnológicas acompañadas de un sector logístico que les da alas, señalando un camino que no parece tener marcha atrás. Abordar un plan de transformación digital en tu empresa, para convertirla en un competidor ágil y rentable en este entorno, es algo más sencillo de ejecutar de lo que a priori puedas pensar. Existen las herramientas que te van a permitir avanzar, y son herramientas accesibles, maduras, y de rápida implantación.
En la Guía del Teletrabajo 2020 presentada recientemente por Datisa se incluyen algunas recomendaciones para avanzar en esta dirección. Evaluar, priorizar, potenciar, analizar y recibir feedback, son algunas de las claves para triunfar.
Como decía antes, no todas las empresas parten del mismo punto. Hazte las siguientes preguntas. ¿Qué herramientas estás utilizando ya? ¿Estás sacando partido a todas las que tienes? ¿Quién será el responsable? ¿Qué tiempos te marcas? Es imposible digitalizar una empresa de manera global, simultanea y con éxito. Es mucho más eficiente ponerse metas pequeñas pero significativas.
Prioriza la digitalización teniendo en cuenta los resultados y lo más importante, poniendo a tus clientes en el centro. No solo vale con herramientas o protocolos. Si no cambias la cultura de tu empresa a digital, no servirá para nada.
Potencia las capacidades digitales de tus empleados y demuéstrales que el camino de la digitalización es el futuro de su éxito. Una de las grandes ventajas de la digitalización es que tienes los datos al alcance de tu mano. Con un ERP puedes explotarlos y saber cuáles son las áreas de mejora para tu negocio.
Cada acción que implantes debe ir acompañada de una serie de indicadores que te ayudarán a conocer los avances del proceso y la repercusión en el negocio. Los indicadores te ayudarán a dar feedback al sistema y mejorar día a día.
En definitiva, el teletrabajo solo puede avanzar en el contexto de una transformación digital mayor. Las pequeñas y medianas empresas han tomado el pulso a las ventajas del trabajo en remoto y han puesto sobre la mesa, también los desafíos que representa. Y, con todo, deberán buscar la manera más efectiva de implementar, si procede, un modelo de trabajo más flexible que rentabilice y comprometa a partes iguales.
Descárgate gratis la Guía del Teletrabajo 2020 de Datisa. También, puedes contactar con nosotros.