Las habilidades digitales
Pues sí. Así es. Las habilidades digitales o la capacitación digital será clave no solo para la transformación digital por la que atraviesan la mayoría de las empresas en estos momentos, sino que serán necesarias para responder con eficiencia a las nuevas demandas (también en clave digital) de un nuevo consumidor más exigente, más informado y mucho más impaciente que nunca. Sí, lo has adivinado, también será el quiz para responder a un cliente que se pirra por lo digital.
Desde la Wikipedia hasta el Real Decreto 1513/2006 de 07 de diciembre en el que se establecen las enseñanzas básicas para la Educación Primaria, la competencia o habilidad digital se define como la capacidad para utilizar de forma habitual diferentes recursos tecnológicos disponibles para la resolución eficiente de problemas reales.
Esta definición, se complementa, también en diferentes artículos publicados por diversos autores añadiendo que las habilidades digitales permiten evaluar y seleccionar nuevas fuentes de información e innovación tecnológica a medida que vayan apareciendo, según su utilidad, para resolver tareas específicas.
Con independencia de que nos guste más una definición u otra o que seamos más o menos dados a clasificar y etiquetar cualquier cosa, lo cierto es que lo que sí parece estar claro es que la habilidad digital es aquella que te permite extraer el máximo potencial de la tecnología, por un lado, y del dato, con independencia de la fuente de la que provenga, por otro.
Bueno, así, de sopetón, nos hemos metido de lleno en la inteligencia del dato, en la generación de conocimiento a través del dato, etc.
Y sí, claro, también para aprovecharse de las ventajas que puede proporcionar la cantidad de información que generan, utilizan, almacenan, e intercambian las organizaciones, es necesario poseer una capacitación digital básica.
El motor del cambio
Es evidente que en un mundo que se mueve hacia lo digital será necesario contar con recursos que sepan desenvolverse en la misma dirección. Es decir, que, por mucho que las organizaciones asuman la necesidad de implementar programas de implantación tecnológica, migrar sus servicios o sus aplicaciones a la Nube, iniciar una re-ingeniería de procesos, etc. si el capital humano no está capacitado, habilitado, formado o como quieras llamarlo para hacer un uso eficiente de esa tecnología o de esos mismos procesos re-definidos, los resultados nunca llegarán a ser exitosos.
Disponer o no de habilidades digitales en sus equipos será clave para la evolución de las pymes. Share on X
¿Qué habremos conseguido entonces? Por un lado, perder una gran cantidad de tiempo, de dinero y de energía y, por otro, frustrar a los equipos al someterles a continuos cambios que aportan poco o nada al desempeño eficiente de sus funciones.
La tecnología es ya, parte esencial de nuestro entorno -privado y profesional- y, nos guste o no, debemos acostumbrarnos a su presencia. Pero serán las personas las que, en última instancia, y conforme a sus actos, las que impulsen el cambio.
Digitalización y punto
En estos momentos ya no tiene sentido diferenciar el ámbito doméstico del profesional. Las habilidades digitales son ya, necesarias, en todos los entornos.
Lo que sucede es que, el entorno doméstico no analiza, ni evalúa ni es tan exigente como lo es el ámbito profesional. Y te pongo un ejemplo para que lo visualices mejor:
Si te compras una televisión nueva a casa porque crees que te será más cómodo tener en un mismo dispositivo acceso no solo a los canales de televisión convencionales, sino también a Internet, a diferentes proveedores de contenidos, etc. y quieres utilizar tu nuevo televisor para otras funciones extras de entretenimiento, etc.
Daría más o menos igual que tardases tres meses o cuatro en identificar qué hace realmente tu nueva tele o mejor dicho, qué podría hacer más allá de lo que haces normalmente.
Simplemente estarías infrautilizando un dispositivo que has comprado con tu dinero. Pero eres tú quien decides cómo, dónde y en qué gastas tú dinero.
Pero, imagínate que tu organización decide implementar una nueva herramienta para gestionar sus recursos empresariales, un ERP, con multitud de funcionalidades y extras que lo diferencian de los aplicativos que se han venido utilizando últimamente.
¿Qué deberás hacer?
Está claro que deberás ponerte al día sobre cómo funciona, para qué sirve, qué funciones puedes utilizar para abordar cada tarea, qué ventajas aporta en clave de eficiencia, rentabilidad, ahorro de tiempo, de costes, minimización de errores, etc. Y, deberás hacerlo, con la certeza de saber que extraes el máximo potencial de la herramienta.
Dejar pasar los días o “investigar” a ver cómo funciona, desde luego, no es buena idea. Las consecuencias serán nefastas para la organización que verá cómo su inversión pierde rentabilidad y para ti que perderás la oportunidad de aportar más valor a tu trabajo.
Por eso, es importante, primero y antes que nada, practicar una formación activa y permanente y, si puede ser personalizada y flexible, mejor que mejor, para adquirir los conocimientos necesarios que permitan el uso -ahora sí, sencillo y adecuado- del aplicativo en cuestión. Y, después, es importante compartir esos conocimientos con el resto del equipo.
Tener o no tener habilidades digitales no debería dejar indiferente a nadie. Ni a las empresas ni a los trabajadores porque, como digo, la carencia de este tipo de capacitación va en detrimento de ambos. Parece mentira pero según una encuesta presentada en 2017 en el Foro de Davos, el 36% de los trabajadores europeos mostraba su preocupación porque consideraban que no tenían las habilidades digitales necesarias para desempeñar tu trabajo en el futuro.
En todo caso, creo que es un tema a resolver entre todos y que, tanto empresas como trabajadores deben asumir la necesidad del cambio e impulsar, cada uno conforme a sus posibilidades y responsabilidades la formación necesaria para encarar los retos de la nueva era digital.